Cómo crear una estrategia de desarrollo de nuevos productos eficaz
Dar vida a un nuevo producto no se trata sólo de tener una buena idea. Y los datos así lo demuestran. Según un estudio de la Harvard Business School, el 80% de los nuevos productos que salen al mercado fracasan. Y lo hacen no porque el producto no tuviera potencial, sino porque la estrategia detrás era débil, confusa o, simplemente, inexistente.
Una estrategia de desarrollo de nuevos productos es lo que diferencia a las organizaciones que entregan valor de forma constante de aquellas que sólo consumen tiempo, presupuesto y credibilidad. Sin ella, el desarrollo de nuevos productos se vuelve reactivo, disperso y, lo peor de todo, absolutamente desconectado de los objetivos del negocio.
En este post, vamos a desglosar todos los elementos que componen una estrategia de desarrollo de nuevos productos, y te mostraremos cómo diseñarla tú mismo paso a paso.
¿Qué es una estrategia de Desarrollo de Nuevos Productos?
Una estrategia de Desarrollo de Nuevos Productos es la hoja de ruta que guía cómo una empresa lanza nuevos productos al mercado, y cómo mejora significativamente los que ya existen.
A diferencia del proceso de Desarrollo de Nuevos Productos, que abarca todo lo que se refiere a ia ideación, el diseño y el lanzamiento del producto, la estrategia marca la dirección. Es el mecanismo que conecta tu visión de producto, las necesidades del cliente y los objetivos del negocio en un plan de acción coherente que debe responder a las siguientes preguntas clave:
- ¿Por qué estamos creando este producto?
- ¿Para quién está dirigido?
- ¿Qué impacto de negocio buscamos?
- ¿Cómo priorizamos los recursos para maximizar el retorno?
Y es que una buena estrategia de desarrollo de nuevos productos abarca desde el posicionamiento en el mercado y el público objetivo, hasta la asignación de recursos, los ciclos de feedback con los usuarios y la gestión de riesgos. Es, por tanto, un elemento dinámico que evoluciona con el mercado, tiene muy en cuenta las opiniones del cliente y sirve para alinear a los diferentes departamentos de la organización.
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¿Por qué es tan importante disponer de una estrategia para el desarrollo de nuevos productos?
En un entorno tan sujeto a la incertidumbre como el desarrollo de nuevos productos, no puede dejarse nada en manos de la improvisación. Y menos aún la estrategia.
Una estrategia sólida y bien articulada no sólo te permite tener el control en medio de la incertidumbre, sino que crea un modelo replicable de éxito. Esto es todo lo que está en juego para tu organización.
1. Mayor relevancia en el mercado
Una estrategia de desarrollo de nuevos productos te ayuda a aterrizar tus ideas en necesidades reales del mercado, ya que tiene en cuenta desde el principio:
- El conocimiento del cliente.
- El análisis de la competencia.
- Las nuevas tendencias del mercado.
Así, no solo estás creando algo técnicamente viable, sino algo que la gente realmente quiere. Esto es clave, porque la falta de ‘product-market-fit’ es uno de los motivos principales por la que los productos fracasan.
2. Más ventas y mayor rentabilidad
Un producto planificado y diseñado estratégicamente no sólo cubre las necesidades del cliente, sino que tiene muchas más posibilidades de tener éxito a nivel comercial.
Y es que, cuando el desarrollo de nuevos productos se alinea con los objetivos generales del negocio (por ejemplo, la conquista de nuevos mercados, o aumentar el valor de vida del cliente), el resultado es claro: más ventas, mejores márgenes de beneficio y mayor retorno de inversión.
3. Mayor eficiencia en el trabajo
Sin una estrategia bien definida, el desarrollo de nuevos productos se convierte en un proceso caótico: funcionalidades que se priorizan únicamente por intuición o por las exigencias del stakeholder más influyente o ruidoso, el día a día consiste en apagar fuegos de última hora, etc.
Con una estrategia bien definida, en la que se establezcan prioridades, roles y etapas de desarrollo claros, se mejora la alineación entre los diferentes equipos y evita esfuerzos desperdiciados. Todos trabajan con una hoja de ruta en común, lo que implica menos errores, menos retrasos y un ciclo de desarrollo mucho más ágil.
4. Lanzamientos más rápidos al mercado
En sectores altamente competitivos, acortar los plazos de lanzamiento de nuevos productos es prácticamente una cuestión de supervivencia. Una buena estrategia hará que tu organización sea más ágil, permitiendo acortar los plazos de desarrollo y reducir los cuellos de botella.
Ser rápido, por tanto, no implica hacer las cosas a la ligera. Significa ser eficiente a la hora de iterar el producto, planificar los recursos y diseñar una estrategia de comercialización efectiva. Es, en definitiva, la forma en que las empresas obtienen una ventaja competitiva y logran que sus soluciones lleguen primero a los usuarios.
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5. Mitigación de riesgos
Desarrollar nuevos productos trae consigo numerosos riesgos, como por ejemplo:
- Viabilidad técnica.
- Adopción en el mercado.
- Sobrecostes presupuestarios.
- Desalineación interna.
- Factores socio-económicos.
La lista, como ves, es muy extensa. Por ello, disponer de una estrategia de desarrollo de nuevos productos hace que la gestión de riesgos esté presente en cada fase del proceso, ayudando a definir, desde el principio, puntos de control, procesos de validación y planes de contingencia. Te permitirá saber cuándo pivotar, cuándo perseverar y cuándo abandonar ideas de producto antes de que consuman tus recursos.
6. Foco en la mejora continua
El último de los beneficios de la estrategia de desarrollo de Nuevos Productos es que integra de manera natural los bucles de retroalimentación del usuario y el monitoreo de datos en el ciclo de vida del producto.
Esto implica que no solo estás lanzando un producto, sino que también estás estableciendo una serie de mecanismos para aprender y perfeccionar constantemente tu estrategia y proceso de desarrollo de nuevos productos.
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Elementos clave de una estrategia de desarrollo de nuevos productos
Diseñar una estrategia de desarrollo de nuevos productos no consiste sólo en decidir cuál es la ventana de lanzamiento más propicia. Es un proceso en el que entran en juego muchas otras variables, y que tiene como objetivo alinear misión, procesos, personas y recursos de manera estructurada e intencional.
Éstos son los 9 componentes que deben entrar en juego a la hora de crear una estrategia de desarrollo de nuevos productos exitosa.
1. Visión de producto
La visión de producto es el “por qué” detrás de lo que estás creando, lo que guía a los equipos y les mantiene alineados y enfocados, incluso cuando cambian las prioridades a largo plazo. Por lo general, debe responder a las siguientes preguntas:
- ¿Qué problema estamos resolviendo?
- ¿Para quién estamos creando la solución?
- ¿Hacia dónde vamos en los próximos 3 – 5 años?
Debe ser un mensaje claro e inspirador, el cuál describa no sólo qué se espera del producto final en cuanto a las funcionalidades que debe incluir, sino también en términos del impacto que quieres que tenga en el mercado y en los usuarios.
2. Objetivos y metas del negocio
Mientras que la misión marca hacia dónde quieres ir, los objetivos de negocio definen los hitos medibles que indican si estás avanzando en la dirección correcta.
Los objetivos deben ser SMART (específicos, medibles, alcanzables, relevantes y acotados en el tiempo). Por tanto, la visión del producto y los objetivos corporativos deben estar estrechamente ligados, ya sea ganar cuota de mercado, aumentar los ingresos o expandirse a un nuevo segmento de clientes.
Algunos ejemplos de objetivos SMART que puedes tomar como referencia son los siguientes:
- Lanzar la nueva plataforma B2B antes del Q3 y captar 5.000 usuarios corporativos en 12 meses.
- Captar 1.000 nuevos usuarios en el segmento de pymes en los primeros 90 días posteriores al lanzamiento del nuevo plan de precios escalonado.
- Desarrollar y lanzar la versión MVP del nuevo módulo de analítica antes de finalizar el Q2, y alcanzar al menos un 25% de adopción entre los usuarios activos durante los primeros 3 meses.
3. Roadmap de producto
El roadmap de producto es un documento estratégico en el que se muestra el camino a seguir para hacer realidad la visión de producto. En él, deben detallarse los lanzamientos de las diferentes funcionalidades, las iniciativas clave, y los principales hitos en el desarrollo de producto, dando así a todos los stakeholders una visión clara de cómo evolucionará el producto.
Pero ojo, un roadmap no es un puñado de fechas grabadas en piedra. Es un documento flexible susceptible a cambios en las condiciones del mercado o las necesidades del usuario, y que debe reflejar en todo momento el progreso, la ambición y el rumbo del nuevo producto.
4. Backlog del producto y priorización
El backlog del producto es la lista detallada, dinámica y ordenada de todos los elementos y actividades necesarios para el desarrollo del nuevo producto, incluyendo:
- Nuevas funcionalidades.
- Mejoras de las funcionalidades ya existentes.
- Corrección de errores.
- Requerimientos técnicos.
Es el componente en el que las iniciativas de la hoja de ruta del producto se convierten en tareas concretas y ejecutables para el equipo de desarrollo. En él, se evalúan y priorizan sus elementos según su alineación con los objetivos estratégicos, el valor potencial para el cliente, el esfuerzo estimado, las dependencias entre tareas y el feedback del mercado. Para ello, se pueden emplear diversas técnicas, como modelos de puntuación, matrices de valor vs esfuerzo, o frameworks de planificación estratégica como RICE, MoSCoW, o el Opportunity Solution Tree.
5. Integración del feedback y mejoras iterativas
Todos los componentes mencionados hasta aquí son importantes. Ahora bien, para que la estrategia de desarrollo de nuevos productos sea efectiva, es imprescindible recopilar e integrar el feedback de usuarios, clientes y equipos a lo largo de todo el ciclo de vida del producto.
¿Y para qué debe usarse este feedback? Puedes usarlo para:
- Validar supuestos.
- Refinar funcionalidades.
- Optimizar la usabilidad del producto.
- Identificar posibles cambios.
- Ajustar tanto la hoja de ruta del producto como el backlog.
Este ciclo continuo de feedback asegura que el producto se mantenga alineado con las necesidades reales del usuario y las dinámicas del mercado, y aumentar así las posibilidades de que tenga éxito.
6. Investigación y análisis del mercado
Este componente es la base sobre la que se construye toda la estrategia de desarrollo de nuevos productos. Y es que es imposible que un producto tenga éxito sin antes entender el entorno del mercado, las necesidades no satisfechas de los clientes y el panorama competitivo.
Éstas son las principales actividades que se deben llevar a cabo para que la investigación sea lo más exhaustiva posible:
- Identificar y comprender al público objetivo: necesidades específicas, puntos de dolor, comportamientos, motivaciones, etc.
- Analizar las tendencias del mercado: esto incluye desde estimar el tamaño del mercado y su potencial de crecimiento, así como desglosar el entorno competitivo (ofertas de los competidores, estrategias, fortalezas, debilidades y posicionamiento en el mercado).
Para llevar a cabo esta investigación, hay muchas técnicas y procesos a tu alcance, los cuáles pueden agruparse en dos categorías:
- Métodos de investigación primaria: entrevistas con clientes, encuestas, grupos focales o pruebas de usabilidad, entre otros.
- Métodos de investigación secundaria: informes de la industria, análisis de competidores, estadísticas de mercado, estudios académicos, etc.
7. Gestión del ciclo de vida del producto
La estrategia de desarrollo de nuevos productos no concluye una vez que el producto se ha lanzado al mercado, sino que ha de tener en cuenta todo su ciclo de vida. Esto implica planificar de forma proactiva estrategias adaptadas a cada fase.
Aquí te mostramos algunos ejemplos de estrategias que pueden ponerse en marcha en cada una de las 4 fases del ciclo de vida de un producto:
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Fase
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Estrategias
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|---|---|
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Lanzamiento |
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Crecimiento |
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Madurez |
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Declive |
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8. Asignación de recursos y de presupuesto
Otro de los elementos clave de una buena estrategia de desarrollo de nuevos productos es la planificación estratégica de los recursos. Es un componente crucial tanto para mantener la viabilidad del proyecto como para prevenir problemas que puedan causar cambios en los plazos de desarrollo o en la asignación de presupuesto.
Este componente incluye:
- Anticipar costes y planificar el presupuesto del producto en función de la estrategia corporativa.
- Hacer seguimiento de los gastos planificados vs los gastos reales a lo largo de todo el ciclo de vida del producto.
- Planificar la capacidad de la organización para prevenir carencias y cuellos de botella.
- Estimar los plazos de cada entregable y alinear los recursos en consecuencia.
9. Monitorización de las métricas y el rendimiento
Por último, tu estrategia debe incluir métricas y KPIs que te permitan hacer seguimiento del progreso, medir el éxito frente a los objetivos establecidos y tomar decisiones basadas en datos.
Los indicadores que definas deben abarcar 3 dimensiones, que son las siguientes.
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Dimensión
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Métricas
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|---|---|
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Market Performance |
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Value for the client |
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Value for the business |
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Cómo crear una estrategia de desarrollo de nuevos productos: un proceso de 5 pasos
Ahora que ya tienes sobre la mesa todos los componentes que deben entrar en juego en tu estrategia, veamos ahora cómo y en qué orden deben interactuar cada uno de esos elementos.
Éstos son los 5 pasos que hay que seguir para crear una estrategia de desarrollo de nuevos productos que aspire a tener éxito:
Retos más comunes a la hora de ejecutar tu estrategia y cómo abordarlos con éxito
Así, tal y como te lo hemos contado en este artículo, tener una estrategia de desarrollo de nuevos productos sólida sobre el papel puede parecer sencillo. Pero, en la práctica, la realidad es bien distinta. Incluso las mejores estrategias pueden toparse con fricciones, resistencias internas o falta de alineación con la estrategia.
A continuación, te mostramos los 5 errores más comunes que pueden cometerse al ejecutar tu estrategia y una serie de buenas prácticas para abordarlos con éxito.
1. Falta de una visión de producto clara
Si los equipos no pueden explicar en una sola frase qué es el producto, para quién es y qué soluciona, entonces tienes un problema.
Si la visión de producto es ambigua o cambia constantemente, esto hará que tus equipos trabajen sin un rumbo definido. El resultado en estos casos suele ser un producto con más funcionalidades de las necesarias que intenta hacerlo todo, pero que no se diferencia de los competidores y no conecta con los usuarios.
Cómo solucionarlo
Empieza por definir una visión de producto clara y enfocada. Debe ser breve, impactante y alineada con una necesidad central del usuario objetivo. Y, una vez definida, difúndela activamente. Por ejemplo, prueba a empezar a cada sprint, grooming o revisión de roadmap recordando a todos los presentes la visión de producto.
¿Y si algún equipo se desvía? Haz un workshop de realineación. Junta en una reunión nuevamente a los stakeholders para repasar nuevamente el propósito, los usuarios objetivo y los resultados esperados.
Y cada vez que surjan nuevas ideas, haz que los equipos se hagan esta pregunta: “¿Esto resuelve el problema que queremos resolver?”. Si no, se guarda esa idea para más adelante.
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2. Desalineación con los objetivos empresariales
Un producto puede ser innovador, accesible y querido por los usuarios…y aun así fracasar internamente. ¿El motivo? No estaba conectado con las prioridades estratégicas de la empresa. Cuando un producto no está alineado con los objetivos del negocio, esto suele reflejarse en la ausencia de apoyo ejecutivo, la baja prioridad que algunos equipos le dan al producto o la falta de presupuesto.
También es común que los equipos de producto se entusiasmen con ideas o funcionalidades “interesantes” que en realidad están fuera del roadmap del negocio. Cuando eso sucede, los equipos de ventas, marketing o finanzas no respaldarán el lanzamiento. Y, sin ese respaldo, esas ideas se estacan o se quedan guardadas en el diván de los recuerdos.
Cómo solucionarlo
Desde la fase de planificación, vincula los objetivos del producto con el impacto estratégico que tendrá en el negocio. Para ello, debes involucrar a los ‘sponsors’ ejecutivos, y validar la hoja de ruta del producto tanto con ellos como con los equipos encargados de diseñar la estrategia Go-to-Market del producto.
En paralelo, haz que el caso de negocio del producto sea visible y compartido, no sólo dentro del equipo de producto, sino en toda la empresa. Y es que, cuando todas las partes de la organización pueden constatar cómo el producto contribuye a los objetivos generales, es entonces cuando mejorará la colaboración y el compromiso de todos los equipos.
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3. Feedback de los usuarios insuficiente
Subestimar el feedback del usuario es el error más peligroso que se puede cometer al desarrollar un nuevo producto. Confiar demasiado en suposiciones internas o experiencias pasadas puede llevaros a construir algo que a tí te gusta, pero que tu público objetivo no quiere. Y, cuando esto sucede, las consecuencias son nefastas:
- Baja adopción del producto en el mercado.
- Experincia de usuario confusa.
- Expectativas no cumplidas.
- Abandono de clientes inesperado.
Cómo solucionarlo
Involucra a los usuarios en el desarrollo del producto desde el día uno, no esperes a estar cerca del lanzamiento. Para ello, construye prototipos y mockups para testear con usuarios reales: habla con ellos y observan cómo usan lo que diseñaste y los puntos de fricción que se encuentran.
Haz del feedback un punto de control recurrente. Realiza entrevistas y grabaciones de sesiones para recolectar insights cualitativos, y usa herramientas de analítica para obtener datos cuantitativos (uso en beta, clics en funcionalidades, etc.). Involucra también a los equipos de atención al cliente, soporte y ventas en el proceso. Y, en función de los datos que obtengas, actúa en consecuencia. Por ejemplo, prueba a crear una categoría en el backlog para “solicitudes de usuarios” y priorízalas en grooming. Y es que, si algo no funciona, es mejor pivotar a tiempo que lanzar algo fallido.
4. Asignación ineficiente de recursos
¿Te imaginas que tu equipo de producto tuviera que gestionar tres proyectos estratégicos al mismo tiempo? ¿O que el equipo de marketing no tenga personal suficiente para apoyar el lanzamiento?
Una asignación ineficiente de recursos puede lastrar incluso las ideas más brillantes. Y es que, cuando los recursos no se priorizan correctamente, los equipos se queman, los plazos se incumplen y la calidad del producto se resiente.
Cómo solucionarlo
Haz de la planificación de recursos un ejercicio estratégico, no algo que vayas resolviendo sobre la marcha. Al inicio del proceso de desarrollo del nuevo producto, diseña todo el roadmap del producto y define qué recursos necesitas en cada fase: desarrolladores, diseñadores, testers, atención al cliente, personal de Marketing y Ventas, etc.
Usa herramientas PPM con funcionalidades de planificación de la capacidad para evitar sobreasignaciones. Y, si hay cuellos de botella, retrasa las tareas de menor prioridad antes que sobrecargar a los equipos. Y, a medida que vayas creando el producto, monitoriza el estado de la carga de trabajo y detecta señales de burnout.
5. Falta de colaboración interdepartamental
El desarrollo de nuevos productos nunca es responsabilidad exclusiva del equipo de producto. Ya sea marketing, ventas, finanzas, legal, soporte…todos juegan un papel relevante. Pero si estos equipos no se involucran y colaboran desde el principio, el caos está garantizado.
Puedes tener el mejor producto, pero si Marketing no tiene una estrategia para el lanzamiento, Ventas promete funcionalidades que no existen, y soporte no está preparado para atender incidencias, el producto está llamado al fracaso.
Cómo solucionarlo
Rompe los silos mediante una colaboración transversal y alineando los OKRs entre los departamentos. Crea un squad de producto o un task force virtual con representantes de todos los departamentos relevantes que se reúnan, por ejemplo, cada 15 días para sincronizar objetivos, dependencias y feedback.
Comparte el roadmap, los mockups y los documentos clave del producto en un espacio común accesible para todos. Por ejemplo, usa workshops transversales a lo largo de las etapas clave del desarrollo del producto: kick-offs, procesos de revisión entre fase, la planificación de la estrategia de comercialización, etc.
Planificando y gestionando tu estrategia de desarrollo de nuevos productos con Triskell
Diseñar una estrategia de desarrollo de nuevos productos es solo la mitad del camino. El vendadero reto está en ejecutarla, en transformar planes ambiciosos en resultados tangibles. Y ahí es donde un software PPM como Triskell marca la diferencia.
Triskell está diseñada para ayudarte a cerrar la brecha entre estrategia y ejecución mediante una gobernanza estructurada y visibilidad en tiempo real de tus carteras de proyectos y productos. A continuación, te mostramos cómo puedes llevar tu estrategia de nuevos productos al siguiente nivel con Triskell.
Gestión centralizada de tu Portfolio de I+D+I
Se acabó lo de gestionar tus carteras de productos en herramientas, hojas de cálculo y sistemas desconectados. Triskell te ofrece una única fuente de la verdad: un entorno centralizado en el que cada proyecto, idea e iniciativa se gestiona en tiempo real.
Además, Triskell es compatible con marcos como Phase-Gate de forma nativa. Puedes definir workflows personalizados y establecer checkpoints de aprobación entre fase y fase. ¿Necesitas un business case validado antes de que la iniciativa pase a la fase de desarrollo? Con Triskell, la gobernanza deja de ser burocrática y manual: está integrada en la forma de trabajar de tus equipos.
Funcionalidades avanzadas de Gestión de Recursos y Planificación de la Capacidad
Crear grandes productos no depende sólo de tener buenas ideas, sino de tener a las personas adecuadas trabajando en lo que realmente importa en el momento adecuado. Con Triskell, puedes mapear todos los recursos de la organización (equipos, roles, personas) y asignarlos según disponibilidad, carga de trabajo y prioridades de cada proyecto.
Además, la plataforma de ayuda a planificar la capacidad a corto, medio y largo plazo. Triskell no sólo te muestra si dispones de la capacidad suficiente o si necesitas contratar nuevo personal o escalonar proyectos, también permite simular escenarios para ver cómo impacta aprobar un nuevo producto al desempeño general del portfolio de productos.
Gestiona el presupuesto y los riesgos financieros de tus iniciativas en tiempo real
Con Triskell, todos los riesgos financieros que traen consigo las iniciativas de desarrollo de nuevos productos estarán bajo control. Puedes definir presupuestos (CAPEX vs OPEX u otras categorías personalizadas), hacer seguimiento de los gastos en tiempo real, y monitorizar la precisión de vuestras previsiones financieras durante todo el ciclo de vida de los proyectos.
Además, Triskell permite conectar el rendimiento financiero con los objetivos estratégicos, convirtiéndose así en tu torre de control financiera, permitiendo reasignar fondos o comparar los costes planificados con los reales en cualquier momento.
Personaliza la solución de Triskell en función de tus necesidades
Cada organización tiene sus propios procesos y metodologías de gestión para el desarrollo de nuevos productos. Algunas usan Phase-Gate. Otras Agile. Y otras tantas operan con modelos híbridos. ¿Y sabes qué? Triskell puede adaptarse a todas ellas. Puedes configurar workflows, campos, etapas de aprobación y KPIs personalizados que reflejen los procesos de tu organización.
Y, a medida que tu portfolio de I+D+i vaya creciendo, Triskell escala contigo. Puedes empezar con una única unidad de negocio y luego ir ampliando el uso de Triskell en toda la empresa. Puedes añadir nuevos usuarios, líneas de producto o nuevas carteras de proyectos en apenas unos pocos clics, ya que no se necesitan conocimientos técnicos para modificar la configuración de la herramienta.
Y, por si fuera poco, cada stakeholder, ya sean ejecutivos, responsables de TI o Product Managers, pueden configurar sus propios dashboards con la información que realmente les concierne.
Conclusión: es el momento de hacer realidad tu estrategia de desarrollo de nuevos productos.
Una estrategia de desarrollo de nuevos productos bien elaborada es más que un mero documento de planificación: es un activo empresarial. Alinea la visión con la ejecución, transforma el conocimiento del cliente en valor y convierte la incertidumbre en oportunidad.
Pero la estrategia por sí sola no dará resultados. Necesitas la estructura, las herramientas y una cultura empresarial sólida para hacerla realidad. Con plataformas como Triskell, puede hacer operativos sus esfuerzos de NPD de principio a fin, gestionando los recursos, realizando un seguimiento del rendimiento y manteniéndose alineado con los objetivos empresariales en cada etapa.
Crea productos de forma más inteligente, lánzalos al mercado más rápido, y aprende continuamente. Solo así se pueden crear productos ganadores, y eso es lo que una gran estrategia de desarrollo de nuevos productos le permite hacer.
Haz que tus ideas se conviertan en productos de éxito con Triskell
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FAQ estrategia de desarrollo de nuevos productos
¿Cuál es la diferencia entre una estrategia de desarrollo de nuevos productos y un proceso de desarrollo de nuevos productos?
Una estrategia de desarrollo de nuevos productos es el marco general que define el modo en que una empresa aborda el desarrollo de nuevos productos, incluidas las metodologías, los recursos, los objetivos y los parámetros utilizados para guiar el proceso.
Por otro lado, un proceso de desarrollo de nuevos productos se refiere a los pasos secuenciales que intervienen en el desarrollo de un producto, como la ideación, la creación de prototipos, las pruebas y la comercialización.
¿Cómo ayuda Triskell a optimizar el proceso de Desarrollo de Nuevos productos?
Sí, una estrategia de desarrollo de nuevos productos eficaz puede ser aplicada tanto para el desarrollo de productos físicos como para el de productos digitales o soluciones híbridas.
Aunque las metodologías específicas pueden diferir, los principios básicos de la visión del producto, el establecimiento de objetivos, la investigación de mercado, la gestión de recursos y la mejora iterativa siguen siendo los mismos.
¿Con qué frecuencia debes revisar y actualizar tu estrategia de desarrollo de nuevos productos?
La estrategia debe revisarse periódicamente, al menos una vez por trimestre. Además, debe revisarse cada vez que se produzcan cambios significativos, como cambios en el mercado, nuevos avances tecnológicos o cambios en los objetivos empresariales.